Por: Beatriz Córdova Aquino
Cofundadora Asociación civil feminista Quinta Ola
El feminismo es sin duda el movimiento social más revolucionario de nuestros tiempos. Las resistencias que despierta, las incomodidades que genera, los ataques que enfrenta a diario, el machismo reinventado y el poder político y económico que pone sus maquinarias mundiales a favor de ataques sistemáticos a las activistas feministas, son las más consistentes pruebas de esta verdad.
El activismo feminista supone entonces asumirse como protagonista de esta revolución, construir desde nuestros frentes – por más pequeños que estos parezcan- espacios de lucha desde nuestra corporeidad, nuestros afectos y relaciones, la familia y el hogar, la escuela, las calles y plazas y un largo etcétera, puesto que no existe vivencia alguna en la cual el tinte del patriarcado no haya penetrado dejando una huella que parece permanente. “Lo personal es político” decía Kate Millet con gran acierto y la revolución feminista es política aun cuando se libra en nuestros espacios más íntimos.
Para cada activista feminista; sin embargo, el camino del autoreconocimiento como feminista y la decisión de hacer de esta identidad una lucha llegan de formas distintas.
Cuando mis compañeras y yo cruzamos nuestros caminos ya en épocas post universitarias, el encuentro nos reveló miradas compartidas sobre la persistencia de obstáculos sistemáticos, violentos y deshumanizantes hacia niñas, adolescentes y mujeres que nos separan profundamente de la tan ansiada igualdad. Nosotras nos encontramos en ese momento justo en que la necesidad de trascender nuestros espacios personales nos rebasaba y ya no podíamos ignorar la llama interna que nos movía a impulsar esfuerzos conjuntos desde nuestros saberes y afectos para combatir las violencias, desigualdades y discriminaciones que nos afectan a nosotras y a nuestras hermanas.
Así surgió Quinta Ola. Una asociación civil feminista que nació a partir de los sueños y luchas compartidas de 3 mujeres activistas feministas por gestar un espacio desde el cual sanar y aprender en comunidad y seguir construyendo revolución.
Nuestra asociación se suma a la lucha de millones activistas de diversas generaciones que han batallado a través de siglos de invisibilización y violencia para reclamar igualdad y cuyas inspiradoras historias hoy llegan a nosotras por medio de su legado en cuatro olas feministas. Quinta Ola honra con su nombre a estas protagonistas conocidas y anónimas, cuya fuerza transgresora permitió cambios sustanciales en las vidas de las nuevas generaciones de niñas, adolescentes y mujeres, incluyendo las nuestras.
Nuestra misión es continuar esta lucha por las generaciones de hoy y las venideras. La conexión con nuestras propias experiencias como niñas y adolescentes nos llevaron a iniciar nuestro trabajo a través de los programas GirlGov Perú y Chamas en Acción, desde los cuales esperamos contribuir a derribar las bases que sostienen al sexismo, adultocentrismo y otros sistemas de opresión y, en esa línea, no podemos dejar de visualizar una quinta ola feminista donde converja el movimiento feminista y el movimiento de niñas y adolescentes.
Para Quinta Ola las niñas, adolescentes y mujeres en toda nuestra fabulosa diversidad, somos ciudadanas, somos el presente y – pese a quien le pese- somos imparables.