Escrito por: Kamila, participante del programa Voces Activistas – Lima
Perú, país donde el adultocentrismo y machismo abunda. Donde al pasar frente a una construcción, debes esperar un comentario sobre tu cuerpo. Donde calladita te ves más bonita. Donde eres discriminada por ser quechua hablante y usar vestimenta tradicional. Donde eres objeto de estereotipos por ser migrante.
Ser mujer trae consigo muchas dificultades que lamentablemente la sociedad no está lista para aceptar.
¿Qué le diría al Perú en el Día de la no violencia contra la mujer?
Le diría que empecemos por tener más empatía. Las mujeres vivimos situaciones que atentan contra nuestros derechos y están tan normalizadas que, cuando nos suceden, las vemos como algo cotidiano. ¿Nos parece bien que una niña sea acosada, que comentarios obscenos lleguen a sus oídos mientras camina hacia su escuela? ¿Nos parece normal que sea sexualizada?
“A los doce años, un día caluroso de verano, salí con mi mamá. Íbamos las dos con vestidos. A lo lejos vi un grupo de mototaxistas y de repente oí un silbido. Me sentí incómoda, me pregunté si eso había sido mi culpa. ¿Por qué tantas miradas? ¿Por qué no puedo hacer nada para que dejemos de vivir esto?” — Testimonio anónimo
“Tenía trece años y estaba en secundaria. Recuerdo estar en mi aula y escuchar un comentario: ‘¡Uy, qué ricas son las venezolanas! ¡Qué lindas piernas!’. Me sentí asqueada. Callada en mi asiento, tenía miedo de levantarme, de que me pudieran decir algo más. ¿Eso es algo que se debería vivir en un colegio, un lugar que se supone debe ser como mi segundo hogar?” —Testimonio anónimo
Queremos vivir seguras, no acosadas, discriminadas o violentadas.
Exigimos respeto. Estamos unidas por una sociedad sin violencia
Ahora es donde me pregunto: ¿Qué puede hacer la sociedad para que esto cambie? ¿Escuchar a las mujeres y niñas para visibilizar la violencia que existe? ¿Generar espacios para que las personas cuestionen sus actos hacia nosotras? ¿Deconstruir sus comportamientos?
Tantas preguntas y yo sigo acá, cuestionándome. ¿Por qué recién ahora me doy cuenta de todo el acoso sexual que hemos recibido por ser mujeres, migrantes y adolescentes? ¿Qué tan mal está la sociedad que hasta ahora nos sigue culpabilizando?
Como mujer, adolescente, migrante y estudiante hago hincapié en que debemos cuestionarnos y deconstruir lo que la sociedad no quiere que sea visible. Y también lo que es visible, porque solamente lo normaliza. Queremos vivir seguras, no acosadas, discriminadas o violentadas. Exigimos respeto. Estamos unidas por una sociedad sin violencia.
Este texto se formuló y elaboró en el marco del programa Voces Activistas, iniciativa desarrollada por Quinta Ola y la Organización Internacional para las Migraciones – OIM Perú, gracias al apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Gobierno de Estados Unidos, del Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá y de la Agencia de la ONU para los Refugiados-ACNUR.