No somos diferentes, ni iguales, somos diversxs.

Autora: Diana, 19 años, activista interseccional.

A lo largo de nuestras vidas seguramente hemos escuchado decir gay, lesbiana o trans como un insulto, ya sea en los medios de comunicación como los programas humorísticos, desde nuestros propios amigxs o incluso nosotrxs mismxs lo hemos dicho alguna vez. Quizás este simple acto puede parecer algo “normal” y que no causa daño, ya que solo es una broma ¿No? Para mí fue normal desde pequeña y no cambio hasta años más tarde, durante mi adolescencia, donde me puse a cuestionarme sobre este pensamiento y ver más allá de lo que creía “normal”. Me di cuenta de que esto no solamente es algo ofensivo, si no que vulneraba los derechos como la identidad y libertad, de las personas que se identificaban con estas orientaciones sexuales y promovían la normalización de la discriminación y violencia hacia ellxs.

Ser una persona de la comunidad LGTBIQ+, especialmente en Latinoamérica no es fácil, porque se enfrentan a diversos crimines de odio por ser quienes son y no solo ello, si no que, además, muchas veces se les dificulta el acceso a derechos tan fundamentales como el de la educación, por la estigmatización que existe sobre estas personas en este ámbito. De hecho, un estudio realizado en siete países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay) encontró que cuatro de cada cinco estudiantes LGTBIQ+ en Chile no se sienten seguros en la escuela. En Colombia, el 15% de los y las estudiantes había sido víctima de violencia escolar debido a su orientación sexual. En el Perú, alrededor del 17% de los estudiantes LGTBIQ+ lograron denunciar agresiones físicas un año anterior. En México, el 75% del estudiantado LGTBI experimentó acoso verbal e insultos en la escuela y el 66% de los estudiantes transgénero reportaron haber sufrido acoso escolar. Solo hablando en la educación y sin contar casos que se quedan en la clandestinidad, se observa la gravedad del asunto.

En septiembre del 2020, Invisiblxs una colectiva adolescente, también realizo una encuesta sobre la discriminación a adolescentes escolares LGBTIQ+ de 13 a 18 años en Perú. La encuesta dio como resultado que el bienestar emocional de niñxs y adolescentes LGTBIQ+ es el más afectado, ya que 4 de cada 10 menores indicaron haber tenido ideas suicidas por la discriminación que sufrían a causa de su orientación sexual o identidad de género, así como el 20% señaló que intentó suicidarse. Además, las integrantes de Invisiblxs, comentan que

Los actos de discriminación, en su mayoría, se han dado por estudiantes, profesorxs o autoridades del colegio.

Siendo así que el 53,7% manifestó haberse sentido afectado por estas agresiones. Estos datos nos demuestran que ser un adolescente de la comunidad LGTBIQ+ tampoco es fácil, ya que no solo te enfrentas a la discriminación en espacios donde debemos sentirnos segurxs, sino que, además, las demandas no llegan a ser escuchadas. El 50% dijo que intentó denunciarlo, pero no pudo y esto solo es el reflejo de que las autoridades no están en la capacidad de poder brindar su servicio frente a estas situaciones, sumado a todo ello el gran adultocentrismo que llevan consigo.

Adolescentes y jóvenes de la comunidad LGBTIQ+ afrontan obstáculos que no les permiten demostrar su diversidad y el no facilitar el acceso a herramientas tan importantes como la educación sexual integral en los colegios, no solo genera más espacios inseguros para estas personas, sino que sigue perpetuando la normalización de conductas de rechazo. Corremos el riesgo de que nuestra sociedad no sea inclusiva y diversa.

En este mes del orgullo, una forma de apoyar es sumarnos a la marcha, para demostrarles a lxs jóvenes y adolescentes de la comunidad que no están solxs, tienen una red de movimientos aliadxs, que lxs apoyan y que estarán animando a su lucha.

Incluso puede asistir madres aliadas para que brinden abrazos a lxs adolescentes que han sido rechazados por sus propias familias, esto puede parecer un acto simple, pero genera un gran cambio.

La lucha aún no ha terminado, faltan derechos por reconocer, leyes y mentes por cambiar, sigamos haciendo ruido, cuestionando e incomodando, para que algún día todxs comprendamos que no somos diferentes, ni iguales, sino que somos diversxs.

REFERENCIAS

https://es.unesco.org/news/sexismo-y-homofobia-siguen-impregnando-escuelas-america-latina