Día Internacional de la Niña en la Ciencia: ¿Por qué no hay ciencia en las niñas y adolescentes?

Escrito por: Ana Pao, participante del programa Voces Activistas – Trujillo

Al entrar a la vida universitaria, me di cuenta que escoger una carrera de ciencias no era sencillo para una mujer adolescente de 17 años. Era bastante curioso para mí, ya que, ¡wow! hablamos del siglo XXI, el siglo donde la tecnología empieza a ser incluída en la vida del ser humano y la revolución intelectual está más avanzada; y, a pesar de todo, las mujeres no somos totalmente aceptadas en el área de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

Las carreras STEM, en sus siglas en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics, siempre fueron dominadas por el hombre. Un ejemplo claro es la historia universal, donde siempre se mencionan —y premian— a varones por sus “excelentísimos logros” y “grandes descubrimientos”. Con la simple idea de que “las mujeres estudian carreras de letras y los hombres, de ciencias” es que nos ha dejado apartadas, menospreciadas y, cuando entramos, no somos tomadas en serio. Por eso, después de tanto cuestionarlo y analizarlo, me pregunto: ¿por qué las niñas y adolescentes no están motivadas a entrar a este mundo a pesar de tanto potencial?

Según un estudio de UNICEF e Hiperderecho en 2022, el 53,2% de las niñas y adolescentes no piensan en estudiar una carrera STEM, y eso no es todo, solo el 35% de personas que realizan estudios superiores en estas carreras son mujeres, según la UNESCO.

Pero, ¿qué provoca todo esto? Podemos considerar varios factores por los que ellas no llegan a buscar desempeñarse en estas áreas, teniendo como principal la falta de llegada de información confiable, ya que solemos basarnos en los prejuicios y en fuentes con una orientación únicamente masculina. Además, al no tener una figura pública, una guía o una mujer reconocida desarrollándose laboralmente en este ámbito, las niñas y adolescentes sienten la falta de representación o de “un modelo a seguir”. La falta de reconocimiento y visibilización de estas mujeres y de contar sus logros impide a las niñas conocer que estas materias son fructíferas para ellas y su desarrollo como ciudadanas. Sin la información y estímulos necesarios, nosotras no podemos generar el interés y menos intentar adentrarnos a este “mundo de hombres” que tanto afirma la sociedad.

Al no tener una figura pública, una guía o una mujer reconocida desarrollándose laboralmente en este ámbito,

las niñas y adolescentes sienten la falta de representación

o de “un modelo a seguir”.

Podemos afirmar que la sociedad es un factor esencial e imposible de ignorar ante esta situación de trascendencia en el desarrollo de cada niña, cada adolescente, cada joven mujer. La cultura machista, heteropatriarcal y opresora solo nos limita a los estereotipos y regímenes preestablecidos, la forma de cultura y de educación no ayudan sin el enfoque de género, y menos con esta idealización de cómo debería ser un hombre y cómo debería ser una mujer para triunfar en el mundo. Como mujer adolescente, parte de la comunidad LGBTIQ+, feminista y en un proceso de deconstrucción desde hace unos años, he podido darme cuenta de dos cosas:

1. El modelo y la forma de criar y educar a las niñas y adolescentes nos desmotiva a elegir carreras STEM. Nos implantan ideas erróneas sobre cómo es ser, por ejemplo, ingenieras, científicas, y nos recalcan los problemas que podríamos tener por el hecho de ser mujeres. Además, si somos activistas o agentes de cambio, siempre nos orientan a carreras de letras (derecho, ciencias políticas, sociología), suponiendo que el activismo es únicamente política, leyes y manejo de proyectos de ley.

2. A pesar de todos los privilegios que pueda tener una mujer, siempre nos vamos a desenvolver en un entorno machista, misógino y lleno de discriminación a diferentes comunidades vulnerabilizadas. Puedes tener la mejor educación y toda la tecnología del mundo, pero tus propios compañeros y compañeras de clase refuerzan esos falsos conceptos y los repiten en la ignorancia que te hacen pensar de “¿cómo llegaron hasta aquí que, a mí, me tomó tanto esfuerzo?”

Quiero terminar diciendo que históricamente, el área STEM siempre ha sido dominado por hombres, pero las niñas y adolescentes somos el nuevo grito de revolución para romper esta normativa machista.

Hablando desde mi propia experiencia, me fue bastante difícil elegir la carrera que estoy estudiando actualmente —ingeniería industrial— debido a que estaba encerrada en lo que me “habían dicho” y me habían asustado con las matemáticas de la universidad, a pesar de yo tener habilidad para ellas. Poco a poco tuve que darme cuenta que lo mío eran las ciencias y el apoyo de mis padres fue parte importante de este proceso, algo que no tienen muchas niñas y adolescentes.

Para concluir, quisiera recalcar que las adolescencias somos una generación que está rompiendo barreras y cerraduras, así mismo, está empezando a investigar, a informarse, a cuestionar lo que se nos ha sido enseñado. Esta área de estudios sigue siendo un reto para las mujeres, pero ahora hay algunas puertas que pueden ayudarnos a seguir creciendo como becas en el extranjero, universidades de excelencia, etc, siempre recordando que los privilegios —acceso a la educación, a internet y un ingreso fijo y alto— ya están de por medio para poder acceder a esto. ¡Sigamos luchando para que las oportunidades sean para todas!

Quiero terminar diciendo que históricamente, el área STEM siempre ha sido dominado por hombres, pero las niñas y adolescentes somos el nuevo grito de revolución para romper esta normativa machista.

Este texto se formuló y elaboró en el marco del programa Voces Activistas, iniciativa desarrollada por Quinta Ola, gracias al apoyo del Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá.