Lo que nos quitaron

Escrito por: Mariana

18 años, venezolana. Activista por el acceso a la salud reproductiva y a la educación sexual integral. Integrante de Voces Activistas de Quinta Ola. Ex-alumna becada del Programa de Liderazgo Juvenil Andino de la Embajada de Los Estados Unidos. Co-fundadora de Cuidar es Amar, proyecto de servicio social por la educación sexual y el feminismo para adolescentes.

Tacharon mi cuaderno de texto cuando estaba en tercer año. Sin avisos, sin haber mencionado el texto antes de ese momento, sin explicaciones. Nos hicieron abrir nuestros cuadernos uno por uno y mi profesor fue cubriendo una información con un plumón permanente. ¿Qué habrá contenido ese texto? ¿Qué mensaje cruel, erróneo o peligroso se escabulló entre mis libros para que se tuviera que ocultar?

Trataron de remover un enlace que concluía su definición de la conducta sexual: “Es el modo en el que se actúa… Se define como la búsqueda y expresión de conductas y de contactos físicos, además implica deseos, preferencias y fantasías”.

Tacharon el enlace porque entre sus puntos más polémicos está la mención de técnicas para la expresión sexual, la búsqueda de las personas del placer sin límites y el sexo anal como práctica común en relaciones homosexuales– y heterosexuales. ¿Detectan alguna información incorrecta? ¿Alguna información que creen que un o una adolescente de 14 o 15 años no conocía en ese punto?

Nos pudimos haber beneficiado de leer ese artículo en tercer año. Nos pudimos haber beneficiado inmensamente de que nuestra primera interacción con el sexo no fuera la pornografía o el abuso sexual. Leer que la sexualidad “no se goza de una única manera, existen diferencias técnicas y variaciones en la conducta sexual” nos hubiera ayudado a sentir menos miedo. Ningún adolescente merece sentir culpa por existir. 

Pero no leímos el artículo. No recibimos ningún tipo de educación sexual integral en secundaria y la mayoría de nosotros todavía le teme a marcar límites, a decir que no y a los castigos divinos por nuestras emociones humanas.

La educación sexual integral nos puede dar confianza, conocimiento,

estabilidad y recursos. Tenemos que desprendernos del miedo

que nos da lo desconocido, lo incómodo y lo íntimo.

Nuestras juventudes lo necesitan, todas y todos lo necesitamos y conseguiremos la información nos la den o no, sea sana o no, sea segura o no. Es indispensable que les proveamos los recursos adecuados, sanos y estudiados. La educación sexual puede salvar nuestras vidas.

Este artículo es para ti, estudiante, profesor, padre y compañero. Tienes la responsabilidad de crear una sociedad plena. Tienes la tarea difícil, pero posible, de luchar contra tus miedos y tu rechazo. Tú tienes el poder de generar un mundo libre de inseguridad a quienes amas. Basta con un abrazo de comprensión, con unas palabras de aliento y con un espacio libre de odio para hacerles sentir seguros. ¡Súmate!

Este texto de formuló y elaboró en el marco del programa Voces Activistas, iniciativa desarrollada por Quinta Ola y la Organización Internacional para las Migraciones – OIM Perú, gracias al apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Gobierno de Estados Unidos, del Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá y de la Agencia de la ONU para los Refugiados-ACNUR.