También vale decir “No”

Escrito por: Sofía, 18 años, venezolana, y partipante del programa Voces Activistas – Lima.  Le gusta ayudar y aprender sobre los derechos sexuales y reproductivos.

Cuando le pregunté a mi amiga qué tal iban las cosas con su novio me contó que le dijo “Si me amas… ¡Dame tu prueba de amor!”. Pude ver incomodidad en su expresión, luego de que dijera dicha frase. Al parecer nada estaba bien. Ella mencionó desde el principio que no quería hacerlo y que le diera tiempo para prepararse mentalmente. “¡Dale! No va a pasar nada”, su novio le seguía insistiendo. Al final, mi amiga accedió porque la amenazó con que, si no lo hacía, terminarían. Fue impactante, recibir toda esa información me dejó pensando… ¿Cuál es la causa de esto?

Desde muy jóvenes nos incitan a creer que la Educación Sexual Integral (ESI) no es necesaria en las escuelas, sino que nuestros padres o familias nos enseñaran o lo aprenderemos por nosotras mismas. Gracias a esta idea retrógrada, nuestras escuelas, familia y entorno, adoptan una postura superficial al abordar el tema y no profundizan otros aspectos que son igual de importantes para nuestro propio desarrollo y salud sexual.

“Te trajo la cigüeña”, “Nuestro inmenso amor te trajo al mundo”, dicen nuestros padres o cualquier otro adulto cuando les preguntamos de dónde vienen los bebés.

El tabú y la vergüenza de nuestras familias nos limita el tener acceso a una serie de conocimientos sobre nosotras y nuestros cuerpos que deberíamos saber desde que somos pequeñas. Por eso, es importante aprender sobre el consentimiento.

¿Qué es el consentimiento? El consentimiento significa que una persona acepta voluntariamente la propuesta o los deseos de otra. Por ejemplo, este ocurre cuando estás de acuerdo en tener relaciones sexuales con alguien (sea tu pareja o no). Interprétalo como un contrato invisible que puedes romper cuando tú quieras.

Pero no solo son nuestras familias, también son los medios de comunicación y la sociedad parte del problema, ya que difunden el machismo, los roles de género, y los mitos sobre la ESI. Como consecuencia, muchas veces las mujeres somos vistas como las culpables cuando ocurren embarazos o violaciones.

Por otro lado, los hombres suelen percibirse superiores a nosotras y por tal razón muchos creen que tienen potestad sobre nuestras opiniones, emociones, cuerpo y consentimiento. Y déjame decirte que esta idea machista también genera la existencia del acoso callejero como otro grave problema. Por eso, cuando vamos por la calle escuchamos los llamados “piropos” no solicitados que atentan contra nuestra confianza y salud mental.

Ya hemos visto lo que significa el consentimiento, pero se preguntarán ¿cómo este se relaciona a la ESI?

Es importante que desde temprana edad conozcamos sobre nuestros cuerpos, que nadie los puede tocar, y desde adolescentes entender que siempre debe haber un consentimiento informado y entusiasta cuando queremos relacionarnos con alguien. Muchas escuelas solo se limitan a informarnos sobre nuestro aparato reproductor y a hacer énfasis sobre la abstinencia, dejando de lado mucha información importante para nuestra salud física y mental. Nos enseñan a tener miedo y todo lo relacionado a nuestra sexualidad se vuelve un tabú. Sin mencionar que las y los profesores, cuentan con muy poco apoyo del gobierno y la sociedad para poder enseñar con total libertad a los estudiantes sobre cómo salvaguardar su vida sexual y reproductiva. Además de que hay otros y otras docentes que imponen sus creencias religiosas sobre nuestros propios derechos. 

Si estas problemáticas fueran atendidas debidamente, podríamos promover nuestras propias condiciones para una vida sexual saludable y prevenir situaciones traumáticas o embarazos no deseados. Además, no solo seríamos nosotras aprendiendo a cuidar nuestros cuerpos, sino que también nuestros compañeros/pareja sabrían cómo cuidarse.

Al fin y al cabo, nosotras no somos las únicas involucradas en un embarazo no deseado, ellos cargan con una responsabilidad igual que la nuestra. Evitar incidentes como estos sería más fácil, porque para ellos también hay opciones para cuidarse y que son mucho menos riesgosas que las que usamos nosotras. Igualmente, saber qué es el consentimiento permite que cuando alguien se nos acerque a acosarnos sepamos decir ¡no! y que lo que están haciendo es un delito. O a que cuando nuestra pareja nos insista en tener relaciones sexuales, sepamos que negarnos es una opción válida. 

Recuerda lo importante que es la Educación Sexual Integral en la vida de las personas, especialmente en el desarrollo de niñas y adolescentes.

Por eso, te invito a ti, adolescente o joven, maestra/o o madre/padre de familia a informarte sobre estos temas y hablarlos de manera abierta y sin tabúes en tu comunidad. 

A las y los adolescentes y jóvenes, les recuerdo que no son personas pequeñas en este gigante mundo. El conocimiento y experiencia que compartan a partir de información certera sobre la Educación Sexual Integral tendrá un enorme impacto en la vida de algún amigo o amiga que esté viviendo las consecuencias de la falta de ESI. Al igual que ustedes, muchos jóvenes esperan aprender y transformar nuestra sociedad y el rumbo de nuestro país, pero se les ha negado el acceso al conocimiento y a la información. ¡Súmate a ser parte del cambio!

Fuente: https://www.schooleducationgateway.eu/es/pub/viewpoints/surveys/survey-on-sex-education.htm

Este texto se formuló y elaboró en el marco del programa Voces Activistas, iniciativa desarrollada por Quinta Ola y la Organización Internacional para las Migraciones – OIM Perú, gracias al apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Gobierno de Estados Unidos, del Fondo Canadiense para Iniciativas Locales (FCIL) de la Embajada de Canadá y de la Agencia de la ONU para los Refugiados-ACNUR.